Miki nos recordó que había oido no se donde que cuando alguien se daba un golpe en la cabeza y no sangraba era necesario someterle a vigilancia durante toda la noche. No pensó lo que decía porque eso iba a repercutirle muy duramente en las horas siguientes. Bueno, pues continuamos de bares, viendo el nivel de frikismo que había en ciertos garitos (viejos de sesenta años borrachisimos y medio desnudos bebiendo los culines de las copas...) y participando en la parranda.
Nos adentramos en una discoteca y por lo que nos habían dicho era de lo último que podía quedar abierto a esas horas. Unos bailecitos a ritmo de pachanga, unas cuantas copichuelas y... Miki que ve a una tia y dice "joder, tio, yo audité el restaurante donde curra esa tía y tuve broncas, que no me vea". Yo le debí entender al reves, o quisé entenderle al reves (quien sabe) la cosa es que me puse a hablar con ella y con la amiga y terminamos intercambiando calzado.
Las dos muy simpáticas, lo cierto es que la cosa no paso del intercambio de zapatos pero fue muy divertido. Además una de ellas empezó lo que ha sido el mito de Ratatouitte durante este verano. Nos fuimos de la discoteca y terminamos en un bar al lado de la playa más cocidos que los garbanzos. A eso de las 9 de la mañana nos planteamos la vuelta al apartamento ya que a las 11 teníamos que salir de allí y emprender camino a Madrid.
En definitiva, cumplimos nuestras misiones; mantener a Miki vigilado toda la noche por si tenía una hemorragia interna en el cráneo y corrernos unas dignas parrandas para celebrar que nuestro querido amigo Miguel Angel dirá el si quiero el 11 de octubre del 2008.
1 comentario:
http://www.youtube.com/watch?v=nYUjNQrokeg
jajajajajaja
Publicar un comentario